domingo, 20 de enero de 2013

Daniela ordenó rienda suelta al goce del Carnaval del Bicentenario


Barranquilla. 20 de enero de 2013

Con una reminiscencia a los ancestros y orígenes del Carnaval, la Reina Daniela Cepeda Tarud ordenó el goce y alegría, en el que está prohibido prohibir, en el marco del bicentenario de esta ciudad que además es reconocida en el 2013 como Capital Americana de la Cultura.


El Bando sostenido por unos arlequines era leído con versos burlescos en los que la Corte de La Haya y los Mayas con su predicción del fin del mundo no se escaparon; se dieron órdenes reales al técnico del Junior para alcanzar la octava estrella, se dio entrada al “perreo”, se declaró hijo ilustre al “Tigre” Falcao y mandó que todos estén alegres sino serán considerados “cachacos eternos”.

La Reina recibe las llaves de la ciudad
La lectura tradicional del Bando de Barranquilla estuvo impregnada de un musical que contaba la historia del carnaval en ocho momentos claves. Algunas fallas del sonido, en ocasiones opacaron la secuencia del espectáculo, sin embargo, un Estadio Romelio Martínez lleno atendía el show, en el que su Reina protagonizaba cada uno de los momentos y personajes que confluyeron en el devenir de los tiempos en lo que hoy es esta fiesta, que fue declarada nacional e internacionalmente Patrimononio de la Humanidad.
La tradición estuvo presente frente a más de cien periodistas que grababan la memoria visual, de audio y de letras. Más de 50 llegaron de afuera y cada vez que en el espectáculo salían las banderas de todos los países americanos en alegoría a que este año Barranquilla es la capital americana de la cultura, primero portadas por los bailarines de paloteo y en otro momento por las reinas populares, cada uno buscaba sentirse identificado con la de su país. Este Carnaval se mostraba como la confluencia de culturas indígenas, negras, y mestizas, que alguna vez estuvo sometida a los españoles, luego una ciudad de libres que se matiza con la llegada de inmigrantes y una perfecta unión con la fauna, por lo que no faltó la danza del torito, los pájaros y el gusano.

La historia pasó frente a nuestros ojos que no nos perdimos detalle, deleitando y haciendo sentir orgulloso a cualquier raizal. Faltó más protagonismo en escena del Rey Momo, esta vez representado por José Llanos Ojeda, director de Selva Africana, danza de tradición y hacedor de máscaras de Carnaval del municipio de Galapa. Su vestuario también revelaba como nuestros ancestros tomaban la naturaleza para recrearla en los disfraces.


Los reyes infantiles también hicieron su aparición en escena. El Maestro Francisco Zumaqué dio uno de los mejores conciertos dedicados a Barranquilla, su alegría, elegancia y extroversión sana, es así que todas las canciones interpretadas por él y sus músicos hicieron honor a una ciudad respetuosa, llena de tradición y de particularidad festividad. Para mí lo mejor en escena. A la madrugada del domingo hizo su entrada Martín Elias, esperado por miles de espectadores.















Fotos y texto Angélica Obando Solano

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