Barranquilla. 20 de enero de 2013
Con una reminiscencia a los
ancestros y orígenes del Carnaval, la Reina Daniela Cepeda Tarud ordenó el goce
y alegría, en el que está prohibido prohibir, en el marco del bicentenario de
esta ciudad que además es reconocida en el 2013 como Capital Americana de la
Cultura.
La Reina recibe las llaves de la ciudad |
La lectura tradicional del Bando de
Barranquilla estuvo impregnada de un musical que contaba la historia del carnaval
en ocho momentos claves. Algunas fallas del sonido, en ocasiones opacaron la
secuencia del espectáculo, sin embargo, un Estadio Romelio Martínez lleno
atendía el show, en el que su Reina protagonizaba cada uno de los momentos y
personajes que confluyeron en el devenir de los tiempos en lo que hoy es esta
fiesta, que fue declarada nacional e internacionalmente Patrimononio de la
Humanidad.
La tradición estuvo presente frente
a más de cien periodistas que grababan la memoria visual, de audio y de letras.
Más de 50 llegaron de afuera y cada vez que en el espectáculo salían las
banderas de todos los países americanos en alegoría a que este año Barranquilla
es la capital americana de la cultura, primero portadas por los bailarines de
paloteo y en otro momento por las reinas populares, cada uno buscaba sentirse
identificado con la de su país. Este Carnaval se mostraba como la confluencia
de culturas indígenas, negras, y mestizas, que alguna vez estuvo sometida a los
españoles, luego una ciudad de libres que se matiza con la llegada de
inmigrantes y una perfecta unión con la fauna, por lo que no faltó la danza del
torito, los pájaros y el gusano.
La historia pasó frente a nuestros
ojos que no nos perdimos detalle, deleitando y haciendo sentir orgulloso a
cualquier raizal. Faltó más protagonismo en escena del Rey Momo, esta vez
representado por José Llanos Ojeda, director de Selva Africana, danza de
tradición y hacedor de máscaras de Carnaval del municipio de Galapa. Su
vestuario también revelaba como nuestros ancestros tomaban la naturaleza para
recrearla en los disfraces.
Los reyes infantiles también
hicieron su aparición en escena. El Maestro Francisco Zumaqué dio uno de los
mejores conciertos dedicados a Barranquilla, su alegría, elegancia y
extroversión sana, es así que todas las canciones interpretadas por él y sus
músicos hicieron honor a una ciudad respetuosa, llena de tradición y de
particularidad festividad. Para mí lo mejor en escena. A la madrugada del
domingo hizo su entrada Martín Elias, esperado por miles de espectadores.
Fotos y texto Angélica Obando
Solano